Un lamentable incidente se produjo la tarde de ayer en Iquitos durante la marcha pacífica contra la inseguridad ciudadana, cuando Pablo Daza Magín, de 41 años, resultó herido por el impacto de una bala de goma disparada por efectivos policiales. El proyectil alcanzó su pierna derecha, dejando una herida profunda con exposición de tejido, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Iquitos, donde recibió siete puntos de sutura.
El hecho ocurrió mientras cientos de ciudadanos se manifestaban de manera pacífica, exigiendo mayor seguridad en la ciudad ante el incremento de crímenes y actos delictivos. La intervención policial, que incluyó el uso de proyectiles disuasivos, fue cuestionada por los asistentes y familiares del herido.
Marcia Magín, madre de Pablo, declaró entre lágrimas que al recibir la noticia creyó lo peor. “Cuando me dijeron que le dispararon a mi hijo, pensé que lo habían matado. Gracias a Dios está vivo, pero esto no debió pasar”, expresó con angustia.
La Defensoría del Pueblo acudió al hospital para constatar el estado de salud del afectado y anunció que brindará asesoría legal a la familia. La institución también expresó su rechazo al uso de fuerza desproporcionada por parte de la Policía, considerando que la situación no justificaba la utilización de armas disuasivas.
Organizaciones de derechos humanos y ciudadanos que participaron en la movilización exigieron una investigación inmediata sobre lo ocurrido, así como sanciones para los responsables de esta acción que dejó a un manifestante herido en un contexto de protesta pacífica.