Jorge Soto Grandez, de 55 años, tomó la trágica decisión de quitarse la vida luego de enfrentar una profunda depresión causada por una injusticia. A pesar de que una prueba de ADN resultó negativa, la justicia le obligó a pagar pensión por una niña de 11 años, hija de su vecina Damaris Torres Huaya, quien lo denunció.
“Mi padre cayó en una profunda depresión debido a esta injusticia. Aunque la prueba de ADN salió negativa, la justicia le exigió pagar pensión a esta mujer, quien lo hostigaba constantemente por el dinero, haciéndole la vida imposible. Hoy, mi padre decidió autoeliminarse y dejó una carta explicando los motivos de su decisión”, declaró su hija, Jahaira Soto.