Cerca de mil familias de los asentamientos humanos Dina González, Amistad y Paraíso, en el distrito de Belén, llevan dos semanas sin agua potable, sufriendo las consecuencias de este desabastecimiento. A pesar de la falta del servicio, los recibos siguen llegando puntualmente, y al intentar reclamar en las oficinas de la empresa, los vecinos aseguran que la respuesta siempre es “paga primero y después reclama”.
“Son dos semanas sin agua y tenemos que madrugar desde las 2 de la mañana para juntar al menos un balde. Es terrible, porque pagamos y tenemos nuestras conexiones, pero no hay agua potable. Hacemos un llamado a la empresa para que, al menos, envíe una cisterna que nos abastezca”, señaló Carmen Rengifo Punedo, una vecina afectada por la situación.
Los residentes se ven obligados a recorrer hasta cinco cuadras cargando baldes de agua para poder llevar el líquido vital a sus hogares, lo que ha generado una creciente indignación en la comunidad.